Una VPN redirige el tráfico a través de un servidor remoto, aprovechando este proceso para cifrar los datos que se transmiten. Normalmente, cuando intentas acceder a un sitio web, tu ISP (proveedor de servicios de Internet) recibe la solicitud y te redirige a tu destino. Pero cuando te conectas a una VPN, se redirige tu tráfico de internet a través de un servidor remoto antes de enviarlo a su destino.
En primer lugar, el significado de VPN está ligado a la protección de tus datos personales. Por lo tanto, una VPN sirve para ocultar tus datos a las miradas curiosas: el encriptado es esencial cuando quieres proteger tu tráfico de internet y minimizar tu huella en la red. De este modo, tu proveedor de servicios de internet no podrá vender todo tu historial de navegación al mejor postor.
Tu IP (y, por tanto, tu ubicación virtual) también se oculta y obtienes una nueva que pertenece al servidor VPN al que estás conectado. Esto garantiza una seguridad extra y aumenta, significativamente, tu privacidad online. En otras palabras, nadie sabe desde qué ciudad o país estás navegando.
Estas son las funciones básicas de una VPN, pero NordVPN apunta más alto. Queremos proteger no solo tus datos, sino también tus dispositivos. Por eso hemos desarrollado la función Protección contra amenazas Pro, para proteger tus dispositivos de los peligros más habituales de internet: malware en los archivos descargados, rastreadores web, anuncios intrusivos y enlaces maliciosos. No tienes que conectarte a un servidor VPN para utilizarla: actívala y protegerá tu dispositivo las 24 horas.