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¿Qué es un exploit y cómo puedes evitarlo?

Un exploit es un ataque cibernético que aprovecha las vulnerabilidades de tus dispositivos, apps, redes, sistemas operativos y hasta el hardware. En la realidad analógica, sería algo así como una falla en el modelo de las cajas fuertes de los bancos, que nadie ha percibido, excepto los delincuentes. ¿Te imaginas que robaran pequeñas cantidades hasta juntar una fortuna sin que nadie se diera cuenta?

¿Qué es un exploit y cómo puedes evitarlo?

¿Qué es un exploit?

Exploit es un tipo de ciberataque que se aprovecha de las debilidades del sistema para atacar a sus usuarios u organizaciones, logrando acceder sin permiso previo o inyectando un virus. Por lo tanto, es capaz de violar la “tríada CIA” – confidencialidad, integridad y disponibilidad (en español) – que es la base de la ciberseguridad.

El hacker que difunde exploits puede atacar por varios frentes: utilizar las vulnerabilidades de tu hardware y software, interceptar toda la red o recurrir al engaño del personal de una empresa para acceder a sus archivos. Aunque no nos olvidamos del mundo físico, porque a un pirata informático se le podría ocurrir introducirse en el área restringida de una oficina y robar datos confidenciales. ¿Alguna vez has dejado entrar a alguien en el edificio de la corporación sin pedirle su identificación?

Este término es muy amplio y puede adoptar diversas formas. El robo de información confidencial quizá parta del acceso al rooting de Android, un malware exploit en un dispositivo de uso personal, sitios webs con anuncios maliciosos o ataques DDoS muy dañinos.

Vulnerabilidad vs. explotación

No te confundas, vulnerabilidad y explotación son conceptos similares, pero no idénticos. Que algo sea vulnerable hace referencia a un punto débil que un hacker podría llegar a descubrir. En cambio, la explotación da un paso más allá, y para ello vamos a tomar un ejemplo de la vida cotidiana.

Estamos en Barcelona, en Las Ramblas, para ser concretos. Alguien ha olvidado guardar la cartera en un lugar seguro y se puede ver sobresalir del bolsillo trasero de su pantalón. Esto es una vulnerabilidad. Tal vez otra persona quiera aprovecharse de este descuido o, simplemente, arrebatarle el bolso en cuestión de segundos sin que nadie pueda hacer nada. Esta última hipótesis es un caso de explotación de la vulnerabilidad.

¿Y cómo se hace en el ámbito digital? Los ciberdelincuentes diseñan kits de explotación de vulnerabilidades. Quieren escanear dispositivos, saber cuáles son las posibles fallas y las oportunidades para inyectar malware en equipos como el tuyo. Incluso se habla de una ventana de explotación de vulnerabilidades, un período entre el lanzamiento del software que finalmente tiene un error en su configuración y la reparación del mismo. La oportunidad perfecta para realizar un ataque man-in-the-middle.

¿Qué tipo de exploits existen?

Después de definir qué es un exploit, vemos conveniente analizar los tipos que existen y de cómo se clasifican. La forma tradicional de hacerlo, consiste en hablar de las vulnerabilidades conocidas y el exploit de día cero.

  • Vulnerabilidades conocidas: un desarrollador percibe un fallo en una app o servicio, por lo que lanza una actualización para solucionarlo. Dicha vulnerabilidad aparecerá en un índice y exposiciones comunes (CVE) para que todos conozcan el problema. Sin embargo, si los usuarios olvidan actualizar el software, los piratas informáticos pueden atacar usando este error en el sistema.
  • Zero day exploit: en este caso, los desarrolladores no conocen todavía que hay una falla en el software. Tal y como indica el nombre, hay cero días para parchearlo, porque los ciberdelincuentes sí que están informados. Su técnica es mantener en secreto estos puntos débiles y usarlos a su favor. Estos exploits de día cero son realmente peligrosos porque pueden perdurar en el tiempo hasta que son detectados.
Zero day exploit, un ataque que se aprovecha de los puntos débiles de tus dispositivos.

No obstante, hay quien divide los tipos de exploit según la manera en la que ocurren:

  • Explotación remota: estos ataques son impersonales y se mueven a través de una red, sin necesidad de permiso previo. Un método que suelen utilizar es escanear un servidor de forma remota, obtener el acceso y luego usar un exploit local para propagar contenido malicioso.
  • Explotación local: este tipo de exploit sí que necesita acceso previo, pero acceden a un sistema vulnerable y aumentan los privilegios de los hackers en un nivel superior.
  • Explotación del cliente: interactúan con el cliente para identificar las vulnerabilidades. Pueden hacerse pasar por otra persona, convencer a la víctima para que comparta información personal o robar sus claves de acceso. Por este motivo, es crucial que utilices contraseñas seguras y te mantengas alerta mientras navegas por la red.

¿Cómo se pueden evitar los exploits?

A continuación, encontrarás los 5 consejos para prevenir exploits

  1. Mantén actualizado tu software. De haber un fallo, una nueva actualización puede que lo haya solucionado. Por lo tanto, es conveniente usar solo el sistema operativo más reciente y que los hackers no accedan a tu dispositivo gracias a las lagunas de seguridad.
  2. No olvides aplicar el sentido común. Algunas herramientas como los bloqueadores de anuncios pueden impedir que hagas clic en un link con malware. Asimismo, si recibes emails de una cuenta que desconoces o el mensaje parece que no va dirigido a ti, no accedas a ninguna de las webs que nombren. Busca siempre aplicaciones que estén verificadas.
  3. Emplea un software con seguridad confiable y demostrada. Además de mantenerlo actualizado, quédate con las opciones mejor valoradas en el mercado. Por ejemplo, la función de Protección contra amenazadas de NordVPN. Puede ayudarte a evitar ataques de intermediarios y bloquear los rastreadores.
  4. Elige contraseñas seguras, únicas e impersonales. Aunque pueda parecer lo contrario, adivinar la clave personal de un usuario puede demorar solo unos minutos. Evita escribir nombres de familiares, fechas de cumpleaños o apelativos cariñosos que únicamente podrían ser propios de ti. Las contraseñas deben ser una combinación de mayúsculas, minúsculas, caracteres especiales y cifras.
  5. Cifra de extremo a extremo. Al hacer esto, aunque los datos viajen por un canal inseguro, los curiosos no podrán saber qué dicen tus archivos porque no cuentan con la clave de acceso. Los datos están restringidos y ningún interceptor puede franquearlos. Te recomendamos revisar si el cifrado está disponible en las aplicaciones que usas a diario.

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