Consejos de seguridad online para las personas mayores y la brecha generacional
Las nuevas tecnologías pueden ayudar a las personas de la tercera edad a diario, pero para eso es necesario superar la brecha digital que actualmente existe entre mayores y jóvenes. A menudo se habla de las dificultades que tienen los ancianos para utilizar cajeros automáticos o realizar trámites con la Administración Pública. Sin embargo, hay multitud de apps que ayudan a ejecutar estas tareas cotidianas.
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¿Cuál es la relación de la gente mayor con la tecnología?
Los estudios indican que a medida que aumenta la edad, disminuye el uso que se hace de internet. En 2021, el INE (Instituto Nacional de Estadística) concluyó:
- La generación que está más familiarizada con las nuevas tecnologías son los jóvenes, en concreto, aquellos entre 25 y 34 años (alrededor del 90% se conecta todos los días).
- Esta realidad cambia al llegar al rango de edad 65-74, ya que un 69,2% de los hombres realizan consultas online a diario y un 67,0% de las mujeres.
Otro aspecto a tener en cuenta es el nivel de estudios. Mientras los mayores licenciados o doctorados navegan por la red con soltura, las clases más humildes tienen se ven limitadas. En especial, los analfabetos o personas con la Primaria incompleta, no son capaces de abonar pagos en línea, revisar la web de la Seguridad Social o concertar citas a través de plataformas. Andoni Alonso, catedrático de Filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid, habla de darwinismo tecnológico. Los mayores deben adaptarse a la era digital para no ser excluidos.
Carlos San Juan, un jubilado de 78 años, inició una campaña de recogida de firmas en febrero del 2022. “Soy mayor, pero no idiota” pretende protestar contra la reducción de horas de atención al cliente en las ventanillas de las oficinas bancarias. “Tengo casi 80 años y me entristece mucho ver que los bancos se han olvidado de las personas mayores como yo. Ahora casi todo es por internet”, declaró a la prensa este urólogo y cirujano jubilado.
Consultar el saldo de la cuenta, retirar el dinero de la pensión o pagar el recibo de la luz se vuelven tareas complicadas para una buena parte de la población española. A la mayoría le gustaría aprender a usar las apps, el cajero automático y otros dispositivos que necesitan a diario, la cuestión es cómo hacerlo teniendo en cuenta sus limitaciones o dificultades a las que se enfrentan.
5 dificultades que encuentran los ancianos cuando usan internet
La alfabetización digital es esencial para integrar a nuestros mayores. En muchos ayuntamientos se organizan talleres de informática y actividades para acercar la tecnología a la población de edad avanzada. No obstante, estas iniciativas deben tener en cuenta los problemas a los que se enfrenta este grupo.
1. Textos e iconos demasiado pequeños
Una consecuencia de la edad es la pérdida de visión. Es frecuente llevar gafas graduadas en la vejez, pero a veces los diagnósticos son más complejos y necesitan cirugía. Tal vez el dispositivo mejor pensado para este grupo sea una tablet. Intuitiva, fácil de transportar y sin necesidad de ratón o pantallas adicionales. Ahora te invitamos a ponerte en la piel de una persona de 80 años que fue operada de cataratas, ¿podrías ver bien el texto y pulsar el icono de la app que quieres?
Además de ampliar el tamaño de la fuente, se han desarrollado aplicaciones que solucionan esta clase de dificultades. Help Launcher mejora la visibilidad de los iconos, resalta los botones de las webs y simplifica el menú. Podríamos decir que es la versión moderna de los manuales para usar una smartTV, el WhatsApp o las redes sociales desde un portátil.
2. Volumen muy bajo e interferencias
Los audífonos son otro elemento característico de la vejez. Seguir conversaciones por videoconferencia, incluso llamadas telefónicas, pueden suponer una dificultad a mayores a parte de la configuración de los programas. A menudo declaran que no son capaces de comunicarse por medio de la pantalla porque las voces se entrecortan y pierden el hilo.
Regalar auriculares a un abuelo puede resultar de ayuda, pero hay apps en el mercado que están especializadas en subir el volumen de las llamadas, notificaciones o alarmas de los dispositivos electrónicos. De esta manera, se podría mejorar la relación que nuestros mayores tienen con las nuevas tecnologías.
3. Desconocimientos técnicos y pérdida de memoria
Con el paso del tiempo, en las escuelas se ha ampliado el currículum y se introdujeron asignaturas como TIC. De hecho, cada vez más estudiantes conocen los beneficios de una VPN. Si la ciberseguridad es una materia compleja para las personas que nacieron en casas con conexiones a internet, parece lógico que sea más complicado en el caso de los ancianos.
La memoria juega un papel muy importante en los procesos de aprendizaje, por lo que una edad avanzada limita la capacidad de concentración o memorización de tareas nuevas. Por suerte, en las residencias y centros culturales pueden aprovechar las ventajas de la tecnología y usar juegos y apps para ejercitar la memoria.
También se pueden evitar los despistes. Los asistentes de voz son útiles para las personas que tienen dificultades a la hora de escribir en un teclado. Un anciano podría preguntarle a Siri qué tiempo hace mañana y otras consultas, pero si se programa, podrá responder cuándo le toca tomar la medicación o qué día tiene la cita médica.
4. Falta de conciencia sobre ciberseguridad
Las redes sociales acercan a los ancianos a las familias: comparten fotografías, dejan comentarios y programan videollamadas semanales. Sin embargo, hay una parte de la ecuación de la que no se suele hablar. A veces, las personas mayores son víctimas de ataques de catfishing. Esto ocurre cuando alguien utiliza una identidad falsa e intenta hacerse amiga o iniciar una relación con otro cibernauta.
Los ancianos son un grupo vulnerable porque desconocen el alcance real de sus actividades en la red. Durante la pandemia, en España se hizo viral el contenido del Instagram de la Tata (así es como llama el actor Miguel Ángel Muñoz a su tía abuela Luisa). Vídeos bailando, concursos online y conversaciones graciosas sobre temas cotidianos. La Tata, que se acerca a los 100 años, saludaba a seguidores de todo el mundo y concedía entrevistas a televisiones extranjeras. Sin embargo, no era consciente de la importancia de la seguridad online. De hecho, en una ocasión tuvieron un problema técnico y le dijo a su sobrino que debían llamar al “señor de internet” para solucionarlo.
Algunas de las recomendaciones para asegurar la privacidad en línea son las siguientes:
- Es importante emplear una contraseña única, impersonal y totalmente aleatoria.
- Se recomienda compartir pocos datos personales en las redes sociales y perfiles de otras plataformas.
- De tener correo electrónico, conviene analizar bien los mensajes que provienen de cuentas desconocidas. Las faltas de ortografía, un lenguaje incisivo o promesas de obtener un enorme cantidad de dinero a cambio de un clic, pueden ser pistas de un ataque de phishing.
¿Por qué internet puede ser más que un entretenimiento?
Internet y la tecnología son más que un simple entretenimiento para los jóvenes. Al hablar de los beneficios que implican, seguro que una persona mayor se reconcilia con los mandos y el portátil que teme tocar. Por ejemplo, es posible seguir su enfermedad o pedir ayuda para tareas diarias desde un móvil. No nos referimos a las llamadas convencionales, sino a Ariadna. Esta app fue diseñada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y Cruz Roja y sirve para ver un mapa con los desfibriladores disponibles según tu localización.
Sin duda, el tiempo es oro cuando se trata de un ataque al corazón o un fallo respiratorio. Un smartphone con acceso a internet y la app Ariadna puede salvar vidas. Y no es la única, hay más apps o plataformas que nuestros abuelos deberían aprender a manejar:
- My112 o Teleasistencia son apps pensadas para que cualquier persona en apuros pueda avisar a las autoridades o solicitar ayuda.
- Las tecnologías más sofisticadas pueden proteger a la gente mayor. Por ejemplo, el detector de caídas de Apple Watch o la geolocalización de un smartphone.
- El habla es una parte esencial del día a día. Una aplicación móvil puede devolverle la voz a alguien que, por el motivo que sea, no es capaz de articular las palabras o lo hace con dificultad. Del mismo modo que hay programas informáticos pensados para personas que padecen sordera y otras patologías.
- Y otras apps que pueden animarles a ser más independientes: realizar compras online de forma segura evitando que carguen con pesadas bolsas; plataformas de música y podcasts para escuchar lo que más les gusta; un lector para escanear un código QR de forma segura y leer la carta de su restaurante favorito…
El refrán dice que más vale prevenir que curar, así que te recomendamos la Protección contra amenazas Pro de NordVPN. Bloquea anuncios con contenido malicioso y vigila para que el dispositivo no se ponga en peligro. Lo cierto es que funciona como un elemento muy útil para asegurar la privacidad online de nuestros familiares más mayores.
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