La prevención del ciberbullying, la sextorsión y otras violencias digitales contra la mujer
La violencia digital contra las mujeres hace referencia a los actos violentos que se expanden por internet a través de las redes sociales, el correo electrónico y otras apps que tenemos instaladas en nuestros celulares. Lo que es virtual, también es real. Este es el lema de la campaña de ONU Mujeres para prevenir el ciberbullying, proteger las prácticas sexting y evitar otras formas de violencia digital contra la mujer. El ciberacoso afecta a cerca de 9,4 millones de mexicanas y a temprana edad, por eso es necesario conocer qué significa la Ley Olimpia y cómo se denuncian los chantajes en línea.
Tabla de contenidos
Tabla de contenidos
¿Qué es la violencia digital contra la mujer?
Definición de violencia digital contra la mujer
La violencia digital contra la mujer es aquella que se propaga a través de las redes sociales y otras plataformas online, incluido el correo electrónico o la nube de escuelas y universidades. Las agresiones verbales y amenazas a través de apps de mensajería como WhatsApp, provocan graves daños en las víctimas. Hablamos de ansiedad o malestar físico y psicológico, entre otros. Finalmente, la violencia digital adopta diversas formas: acoso sexual, extorsión, desprecio, suplantación de la identidad, etc.
¿Por qué hablar de violencia de digital contra la mujer?
Al concepto de violencia digital se le añade “contra la mujer” porque son un colectivo que sistemáticamente recibe amenazas y mensajes de odio en las redes sociales, foros de opinión o en sus perfiles de creación de contenido.
En 2020, un informe de UNICEF, llamado “Ciberacoso, qué es y cómo detenerlo”, señaló que las agresiones en línea afectan a 9,4 millones de mujeres en México. Esta cifra también ha sido respaldada por INEGI y otras organizaciones que han investigado el impacto de las violencias digitales. En España, desde hace un tiempo, el Ministerio de Igualdad (junto a otros organismos del Estado) están desarrollando políticas públicas que pongan freno a este tipo de violencia de género.
¿Qué significa la Ley Olimpia en México?
Definición de qué es la Ley Olimpia
La Ley Olimpia es una norma jurídica que sirve para sancionar la publicación sin consentimiento de imágenes y videos íntimos de mujeres, muchos de ellos de índole sexual. El chantaje o la cibervenganza que emplea este método, considerado violencia digital de género, ya es un delito en México gracias a la Ley Olimpia. Esta norma establece los mecanismos y parámetros legales disponibles en México para frenar el acoso, la extorsión y los graves ataques a la reputación y la intimidad de una tercera persona. Gracias a esta iniciativa mexicana, se está debatiendo la implantación de leyes similares en Honduras, Argentina, Honduras, Ecuador y algunos Estados norteamericanos.
La Ley Olimpia nace de la necesidad de identificar y penalizar un tipo de violencia digital que está afectando a numerosas mujeres. Y el debate surge dentro de un contexto en el que el concepto de ciberviolencia de género está ganando popularidad en México, así como en otros países de Latinoamérica. En el marco jurídico mexicano, a la hora de buscar normas que sirvan para evitar estas agresiones sistemáticas, podemos observar lo que significa la Ley Olimpia en esta cuestión. Esta ley surge a raíz de la cibervenganza que Coral Olimpia Melo sufrió por parte de su expareja, quien difundió en internet imágenes íntimas de la activista sin su consentimiento.
En 2014, Melo presentó una propuesta de ley en el Congreso, que finalmente se materializó. La Ley Olimpia significa que es posible denunciar en México la distribución ilegítima de videos e imágenes íntimas, un tipo de ciberviolencia que cada vez es más visible gracias a las denuncias.
Las mexicanas han inspirado otras leyes que penalizan las cibervenganzas que sufren las mujeres en otros países latinoamericanos. Estos marcos jurídicos establecen los protocolos a seguir en caso de que un individuo atente contra la intimidad de una persona desde el ámbito digital. Esta ley sirve para proteger a todas las víctimas, por supuesto, aunque hasta este momento hayamos hablado más de las mujeres, pero la Ley Olimpia (y sus equivalentes en Latinoamérica) condena las agresiones que puedan sufrir tanto ellas como los hombres y las personas no binarias.
Olimpia Coral Melo fue galardonada por la revista TIME por ser una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2021. Sin duda, es un reconocimiento público a su labor pedagógica, ya que de un episodio particular, una agresión directa a su derecho a la intimidad y la privacidad, supo cómo convertirlo en una reivindicación a favor de la prevención de las violencias digitales que sobre todo sufren las mujeres de su país. Si en algún momento es víctima de una cibervenganza, o conoce a alguien en esta situación, no dude en consultar en las páginas web oficiales cómo puede denunciarlo dentro de la Ley Olimpia. Además de reportarlo lo antes posible, apóyese en los organismos dedicados a prevenir la violencia digital.
Tal vez, sin estos antecedentes como la Ley Olimpia, en México no se hablaría tanto de conceptos como el ciberbullying o el sexting. Ambos delitos causan numerosos efectos negativos en las mujeres, en especial las agresiones que atentan contra su intimidad. Pero ¿cómo funciona la prevención del ciberbullying, el sexting y otro tipo de violencia? El primer paso será definir cada término, para seguidamente analizar sus características y plantear en última instancia protocolos de prevención y leyes que penalicen las agresiones.
¿Qué es el ciberbullying?
Definición de ciberbullying
El ciberbullying, que se traduce como ciberacoso en español, es un término que hace referencia a las amenazas, comentarios hirientes y mensajes que buscan la humillación pública de un tercero. Este tipo de ataques se encarnan dentro del contexto escolar, entendiendo que la víctima es un estudiante y que está siendo acosado por sus compañeros de escuela. Sin embargo, no deja de ser un tipo de violencia digital que, cuando se emplea contra las mujeres, adopta unas características concretas.
La ciberviolencia que sufren las mujeres acostumbra a incluir chantajes y ataques directos a su vida más íntima. Por ejemplo, la manipulación con inteligencia artificial de fotografías de menores extraídas de la web de una institución educativa. Podría darse el caso de que, bajo el anonimato que entrega internet, un hacker empiece a acosar a una de las integrantes de un equipo de fútbol escolar. Sin su consentimiento, generará videos e imágenes con el rostro de esta persona y hará pasar por legítimo contenido de índole sexual. A cambio de la eliminación de dicho material manipulado, la víctima deberá pagar un rescate (que acostumbra a ser una elevada cantidad de dinero) o acceder a hacer lo que el agresor proponga (incluyendo prácticas sexuales no consentidas, según ONU Mujeres, al 32,8 % de las mexicanas acosadas se les exigió el envío de contenido sexual en 2020).
El Instituto Político Nacional (IPN) de México registró en 2023 el primer caso conocido de manipulación de imágenes con IA para su explotación sexual. El autor de los hechos, conocido como Diego “N”, tenía guardadas en su iPad más de 166 000 imágenes, algunas reales y otras manipuladas, de menores. También cerca de 20 000 videos de mujeres. La mayoría de las víctimas eran alumnas de Mercadotecnia Digital, la misma carrera que cursaba el agresor.
Los ciberchantajes con esta clase de material íntimo, sea creado por IA o real (enviado por la víctima dentro de un contexto, supuestamente, seguro o robado de sus dispositivos) se conoce con el término de sextorsión. Pasemos a analizar qué es la sextorsión, cuáles son las diferencias con respecto al sexting y por qué se ha convertido en uno de los grandes peligros de las redes sociales.
¿Qué es el sexting?
Definición de sexting
El sexting es el intercambio de contenido erótico. Los envíos y la recepción de los mismos se hace de forma voluntaria, habiendo consentimiento entre ambas partes, y siendo conscientes de la existencia de los videos e imágenes íntimas. Los avances tecnológicos han permitido que esta práctica sea accesible a numerosas personas, que emplean apps de mensajería o las redes sociales para dejar volar su imaginación.
Por lo tanto, el sexting es una práctica legítima y cuyos protagonistas suelen ser los más jóvenes. Sin embargo, deben tenerse en cuenta las brechas en seguridad de los dispositivos y las apps que tenemos instaladas en nuestros celulares. Olvidarse de actualizar el WhatsApp o abrir un enlace poco seguro, que normalmente se convierte en un ataque phishing, puede abrirle la puerta a los hackers. Una vez dentro de un celular o computadora, los ciberdelincuentes pueden robar las imágenes sexting y usarlas en contra de la protagonista del video.
Otras veces, el uso no autorizado del material enviado y recibido dentro de una práctica sexting puede provenir de una persona conocida. Estas situaciones recuerdan al caso de Olimpia Melo, precursora de la ley de prevención de ciberviolencia digital. La distribución de videos e imágenes comprometidas de alguien, sin que dicha persona haya autorizado estas publicaciones, es un delito que suele estar relacionado con la sextorsión.
¿Qué es la sextorsión?
Definición de sextorsión
La sextorsión es el chantaje en línea que emplea videos e imágenes eróticas de una persona para extorsionar. Sin importar la procedencia del contenido íntimo, ya sea que la víctima las haya enviado practicando sexting (es decir, voluntariamente) o sean robadas, la sextorsión es un delito, además de un tipo de violencia digital contra las mujeres. Es un ataque directo a la reputación y el derecho a la intimidad de una tercera persona.
Sextorsión y sexting no son lo mismo. El primero hace referencia a la manipulación y el chantaje a cambio de eliminar o frenar la difusión de material sensible que afectan la autoestima, la imagen pública y la propia reputación de alguien. El segundo concepto, el sexting, es un juego que puede darse entre dos personas que, de mutuo acuerdo, deciden intercambiarse videos y fotografías provocativas.
Los más jóvenes son el grupo, quizá, más vulnerable. La labor de concienciación sobre la ciberseguridad y los buenos hábitos en línea está llevándose a cambio lentamente. Urge educar a las generaciones de menor edad para que identifiquen claramente qué es el grooming, el sexting y cómo pueden denunciar la sextorsión.
Sin embargo, nadie es inmune a la sextorsión. Cualquiera puede ser víctima de esta práctica delictiva. Ahí es donde hay que poner sobre la mesa programas sobre cómo prevenir la violencia digital contra las mujeres y los procedimientos a seguir después de formalizar una denuncia.
¿Cómo identificar la ciberviolencia contra las mujeres?
La violencia digital contra las mujeres, tanto en México como en otros países, adopta diferentes formas. Algunas agresiones son más evidentes, por ejemplo, los insultos directos a una persona en particular o una organización, pero otras violencias digitales son difícilmente detectables: el acoso online en el contexto de una pareja o expareja, los timos en apps de citas, las campañas de desprestigio en redes sociales, etc.
A grandes rasgos, hablamos de 4 tipos de violencia digital que afectan especialmente a las mujeres. Tome nota de sus características para que la detección sea inmediata y se tramite la denuncia a las autoridades pertinentes.
1. El acoso online
El acoso en línea es una de las formas más convencionales de las violencias digitales contra la mujer. Nos referimos al seguimiento continuado de los movimientos que hace una persona, como instalar un software sin autorización que geolocaliza el celular, pero también deben incluirse las “estafas de amor”.
Para entender mejor el concepto de acoso online contra las mujeres, pasemos a analizar las situaciones que se dan con mayor frecuencia:
- Las amenazas directas y mensajes de odio. Tanto si es usted una personalidad pública, porque ocupa un puesto muy relevante en un sector o por desarrollar una carrera política, los comentarios ofensivos y las amenazas directas hacia su persona están catalogados como ciberviolencia. Los bots, también llamados trolls, han hecho que el ciberacoso sea todavía más continuado y que no haga falta que el que teclee sea una persona de carne y hueso.
- La difusión de fake news e información falta sobre alguien. Inventar rumores y datos que, de antemano se sabe que son falsos, es otro tipo de violencia digital que perjudica la imagen pública y la reputación de una persona. Acostumbra a verse en los círculos de personas conocidas, como las que provienen del mundo del espectáculo, pero puede aplicarse a las cibernautas más anónimas.
- La manipulación o chantaje de los estafadores románticos. Las mujeres son especialmente vulnerables a la ciberviolencia que surge dentro de un contexto amoroso. Los delincuentes que emplean información privada de sus víctimas, para obtener dinero o conseguir que dicha persona envíe contenido íntimo ante la presión ejercida, pueden disfrazarse de apuestos galanes. Los estafadores del amor son, además, muy invisibles porque numerosas mujeres no quieren hacer público que han caído en sus redes. Hablamos de la suplantación de identidad y el robo de grandes cantidades de dinero, por poner solo un par de ejemplos.
- El intento de aislar a la persona. El acoso online puede ser la fórmula empleada por algunas personas que pretenden aislar socialmente a alguien. Los insultos y amenazas que no cesan crean estrés a la víctima y anulan su capacidad de reacción, si el maltrato se produce durante mucho tiempo, una mujer puede que incluso tenga dificultades para identificar que lo que le pasa corresponde a un delito. Cuanto más sola esté la víctima, más vulnerable es.
2. El acoso sexual en línea
A la hora de explicar cómo puede llevarse a cabo la prevención de la sextorsión y en qué se diferencia del sexting, hemos insistido en la idea del consentimiento. El acoso sexual es un delito grave que daña a la víctima arrebatándole un derecho fundamental, el de su propia intimidad y la libertad para vivir su sexualidad según su criterio.
En el informe de ONU Mujeres, Violencia contra mujeres y niñas en el espacio digital (2020), se señalaba que un 73 % de las mujeres de todo el mundo habían sufrido algún tipo de violencia digital a lo largo de su vida. El acoso sexual es una de las formas más frecuentes de ciberviolencia, las cifras son contundentes. De las mexicanas encuestadas, de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, un 40,3 % recibieron comentarios con insinuaciones sexuales mientras navegaban por la red. Mientras que el 32,8 % reconoció que se les solicitó el envío de contenido erótico en algún momento. Por supuesto, en ambos casos, estas peticiones no surgieron en un contexto de cortejo. La víctima no deseaba recibir esta clase de comentarios.
El acoso sexual a las mujeres en las redes sociales e internet en general, se observa desde edades muy tempranas.
- 1 de cada 10 mujeres residentes en la Unión Europea afirmó que sufrían acoso cibernético desde los 15 años (un dato proporcionado por ONU Mujeres).
- Los estudios apuntan a que en la mayoría de los casos, los agresores son personas conocidas. En los grupos más jóvenes, puede darse en el contexto de la pareja o por parte de un compañero de la escuela, convirtiéndose probablemente en una situación de ciberbullying.
- En la web hay disponibles numerosos informes de ONU Mujeres y protocolos de actuación en casos de acoso sexual a menores en línea. Los informes indican que las mujeres con edades entre los 18 y los 24 tienen mayor probabilidad de sufrir acoso sexual y recibir fuertes amenazas.
3. La manipulación psicológica usando las plataformas digitales
La violencia digital psicológica duele, y es debe reportarse cualquier caso, incluso aquellos que parezcan menos significativos. Los ataques que emplean técnicas de manipulación psicológica, sobre todo si parten de personas que conocemos (una pareja, un amigo o un compañero de trabajo), con frecuencia son difíciles de identificar.
El gaslighting consiste en negar los hechos. La manipulación psicológica se basa en hacerle creer a una persona que lo que afirma, en realidad es falso. Si la víctima es una mujer, esta violencia suele darse dentro del contexto de la pareja, en la que el otro insiste en que es ella la que se inventa cosas y “está loca”. El gaslighting es un tipo de violencia digital porque los desprecios se llevan también al ámbito de internet, ya que el WhatsApp o las RR. SS. se transforman en herramientas del maltratador, que atormenta a la víctima sin descanso.
4. Las “estafas de amor”
Las estafas románticas merecen un apartado especial en este repaso por los tipos de violencia digital contra la mujer. En primer lugar, únicamente el autor de los hechos es el responsable del delito, que la víctima haya chateado con alguien que después se convirtió en una pareja a distancia, no significa que la responsabilidad de haber sido engañada recaiga sobre la mujer. Esto es lo que se conoce como doble victimización y es un efecto que los protocolos de prevención están intentando evitar.
Las mujeres estafadas “por amor” en internet son numerosas, también en México, por eso necesitamos conocer mejor el modus operandi para atajar el problema de raíz. En ciberseguridad se han identificado varias técnicas “románticas” de robo de dinero y credenciales personales:
- Catfishing. Este engaño cibernético parte del diseño de un perfil en redes sociales o apps de citas que resulta irresistible. La fotografía de perfil muestra a un hombre atractivo y elegante, acompañada de una descripción refinada. Cualquiera estaría interesada en conocer a alguien así, pero las apariencias engañan. En realidad, detrás de ese nombre de usuario hay un bot o un hacker esperando a su presa para sacarle el máximo dinero posible o sus secretos digitales más preciados.
- Los robos del “príncipe de Nigeria”. Disfrazándose de una persona que busca el amor por internet, el delincuente puede intentar convencer a la víctima para que le envíe dinero a su cuenta bancaria. La explicación que dará estará relacionada con un familiar enfermo, la urgencia de salir del país o una mala racha en el aspecto económico. Previamente, para conseguir que la víctima acepte, se habrá ganado su confianza, a veces incluso jurando amor eterno y afirmando que son una pareja a distancia.
La vergüenza y la culpa son enemigos tan peligrosos de la mujer como el propio ciberdelincuente. Con el paso del tiempo, se están desarrollando efectivos protocolos de actuación contra las violencias digitales que ponen el acento en la condena de los delitos y el apoyo integral de las víctimas. Ellas no están solas.
¿Cómo prevenir la violencia digital contra las mujeres?
La prevención es el principio básico de la ciberseguridad y el primer consejo que debe recibir alguien para intentar no verse envuelto en un caso de violencia digital. Una vez recibida la información necesaria, como la clara definición de qué es la violencia digital y las formas que puede adoptar, es necesario proceder con la denuncia y que las instituciones protejan de forma efectiva a las víctimas.
Estos son algunos consejos para prevenir la ciberviolencia y que los cibernautas (en especial ellas) deben tener en cuenta:
- No permita el acceso a sus dispositivos. Solo usted debería conocer sus contraseñas y el patrón de seguridad de su celular. En diversas encuestas en México, al igual que en España y otros países de habla hispana, se ha señalado la normalización de que la pareja de las mujeres más jóvenes tenga acceso a su celular. El simple desbloqueo del dispositivo puede ser el inicio de un caso de ciberviolencia. Por ejemplo, el robo de imágenes comprometedoras que usted guarda a salvo en su galería o checar sin autorización sus conversaciones privadas, en las que da información que podrá usarse en su contra.
- Sus contraseñas son solo suyas. Todas las claves personales de sus perfiles, tanto en redes sociales como las de Gmail, son secretas y solo usted debe saber cuáles son. Es crucial guardarlas en un lugar seguro, mejor si permanecen bajo una capa extra de seguridad encriptada.
- Reporte cualquier tipo de violencia que reciba a través de internet. Las amenazas, los ataques directos a su identidad o estilo de vida y los chantajes en línea son prácticas ilegítimas. Denuncie los casos que le afectan directamente a usted, pero también si conoce que alguien está en esta situación. La ciberviolencia contra la mujer, que ya hemos visto que adopta formas muy concretas (por ejemplo, la sextorsión), debe ser identificada y penalizada.
- No instale apps de dudosa reputación ni abra enlaces sospechosos. Los troyanos, ataques phishing y el malware están especializados en camuflarse entre las aplicaciones que parecen legítimas. Acuda solo a las páginas web oficiales y revise que toda la información parezca veraz. Además, piénselo dos veces antes de abrir el link a una “oferta irresistible” porque quizá sea un código malicioso que está esperando a que le abra la puerta de su dispositivo.
- Instale las herramientas de ciberseguridad de NordVPN. Encriptar su tráfico a través de una VPN ayuda a que su navegación por la red sea más privada y segura. La Protección contra amenazas Pro sirve para frenar el malware antes de su descarga y detectar trackers. Recibir alertas de posibles peligros cibernéticos siempre será de gran utilidad.
- Sea consciente de que el ciberacoso a las mujeres y otras formas de violencia digital son delitos graves.Conozca sus derechos para poder actuar en caso de encontrarse con las múltiples formas de violencia digital contra la mujer.